Para obtener un concreto de buena calidad, no sólo es necesario contar con buenos materiales, que además estén combinados en las cantidades correctas; es necesario también tener en cuenta cómo se hace el mezclado, el transporte, el vaciado, la compactación y el curado.
Estos procesos
influirán directamente en la calidad de este importante material. Si uno o
varios procesos se realizan de manera deficiente, se obtendrá un concreto
de mala calidad, aún utilizando las cantidades exactas de cemento, arena,
piedra y agua.