Una vivienda sismorresistente es aquella que puede resistir adecuadamente los efectos de los sismos. Protegiendo de esta manera a las personas que la habitan. Para ello, es necesario que cumpla tres condiciones:
Buenos Planos. Específicamente, para este caso, un buen plano de estructuras que indique las dimensiones que tendrán la cimentación, columnas, muros, vigas y techos así como las especificaciones de los materiales con los que se harán.
Materiales seguros que consigan que la estructura de la vivienda no se deteriore a través del tiempo y que alcance la resistencia adecuada para soportar los sismos.
Buenos especialistas. Esta última condición es muy importante ya que de nada sirve contar con un buen diseño y materiales de buena calidad si los procedimientos constructivos no son los correctos. Por esto los obreros deben saber interpretar los planos así como tener conocimientos para ejecutar correctamente los procedimientos constructivos como: preparación y colocación del concreto, asentado de ladrillos, habilitación y colocación de las armaduras de fierro, etc.