Para aplanar una ladera, tenemos dos opciones:
Antes de comenzar a levantar el muro, se debe trazar el área de excavación con ayuda de cordeles y estacas. Luego, procedemos a excavar el terreno hasta encontrar un suelo firme donde se pueda apoyar el muro. Si el muro se asienta sobre un terreno blando, terreno de arenas sueltas, arcillas húmedas o de relleno, éste podría voltearse.
Es importante proteger las áreas de trabajo, sobre todo las áreas de excavación, ya que pueden caer piedras de la ladera. Por ejemplo, se puede colocar unas maderas de protección para evitar el paso de las piedras que pueden rodar hacia el área de trabajo.
La excavación debe tener, en lo posible, paredes verticales y el fondo plano. Si las paredes se derrumban por sí solas, será necesario colocar un encofrado para asegurar la verticalidad de las paredes del cimiento y evitar el desperdicio de concreto. El fondo de la zanja, a su vez, debe ser humedecido y apisonado, esto evitará que el terreno absorba el agua del concreto.
El cimiento debe estar
apoyado sobre terreno
natural y firme y el
fondo debe ser
humedecido y
apisonado.